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Una conducta ejemplar en la mesa

A la hora de comer el mobiliario tehuelche consistía en cueros o almohadones en los que se sentaban con las piernas cruzadas; el agua se guardaba en vejigas de animales; los cubiertos eran las manos y, aunque a veces utilizaban un cuchillo, la carne la arrancaban con unos dientes, vale la pena aclararlo, sanísimos. 

La imagen que surge de esta descripción dista mucho de lo que conocemos actualmente como civilizado. Pero además de sentarse en el piso y tomar los alimentos con los dedos, los tehuelches nunca se abalanzaban para comer, ni manoteaban la comida, ni masticaban apurados, aunque se estuvieran muriendo de hambre. Los buenos modales eran fundamentales en la mesa y el alimento, obtenido luego de muchas horas de caza, un regalo de la naturaleza que había que disfrutar, pero con respeto. 
Con el mismo espíritu Hotel Kosten Aike lo invita a recorrer el menú y apreciar los sabores de la cocina regional